Es el reconocimiento legal, que eso, lo que lleva mi firma, mi sello, me pertenece. Que esa expresión propia debe respetarse.
Era urgente y necesario, pero he de reconocer que un tanto penoso recurrir a una ley más, cuando el respetar es un aspecto de principios de vida.
Cada uno de nosotros es un artista, cada uno tiene una forma de expresión, cada quien pinta su vida con los colores que elija, si le pone o no música, baile, alegría, amor y más... Eso desde mi naturaleza humana se respeta. Si yo soy parte de la creación, todo lo que yo haga es una creación más y muy propia.
Pero el presente en el que vivimos hay que estar amparados legalmente. Porque la palabra justicia no existe. Y esto lo digo, sin ánimos de ofender el sistema inventado por el hombre, para hacer justicia.
Y los atropellos a esos principios de Respeto, a los Derechos de autor, son recurrentes.
Yo apelo a volver a practicar el derecho a ser y dejar ser. A respetar las creaciones de los demás. Eso te hará más feliz.
